Historia

Parroquia Nuestra Señora de Las Nieves

La parroquia de Nuestra Señora de Las Nieves fue creada en mayo de 1965 y comenzó a funcionar en un pequeño local en el número 10 de la Calle Nuria.

Los planos del nuevo templo se encargaron a D. Manuel Romero Aguirre, arquitecto que vivía en el barrio. Quiso que en la nave de la iglesia pudiera verse desde todas partes el altar, sin columnas. En el centro de la iglesia, el altar; altar que asemeja la proa de un barco, porque –decía el arquitecto- “la iglesia es la nave que camina en la vida de los hombres”. Este altar fue consagrado por el Obispo Auxiliar de la Diócesis de Madrid-Alcalá D. Ricardo Blanco Granda el 18 de diciembre de 1971; el Arzobispo Mons. Casimiro Morcillo había fallecido en mayo y en diciembre el Administrador Apostólico de Madrid era el Cardenal Tarancón, en aquel momento Arzobispo de Toledo y que no pudo venir al estar metido de lleno en la Visita Pastoral de su Diócesis.

La decoración interior de la iglesia se encargó a dos artistas del llamado Grupo Gremio 62: José Luis Alonso Coomonte y Carlos Muñoz de Pablos. Adornan el frontispicio principal los símbolos de los Sacramentos. Arriba, a la izquierda el símbolo del Bautismo. Se pueden ver una especie de triángulo (la letra alfa) y debajo como una herradura (letra omega griega). En el mismo símbolo una vela y una pequeña capa. Las letras (Cristo principio y fin, alfa y omega, suyo es el tiempo y la eternidad) se pueden apreciar en el Cirio Pascual que está presente en el bautismo y del cual se enciende la vela que se da a los padrinos. Es símbolo de Cristo, Luz del mundo. La capita es la vestidura que se impone sobre la cabeza del que ha sido bautizado, símbolo de su nueva vida.

Debajo del símbolo del Bautismo nos encontramos con el del Sacramento de la Penitencia. Las manos que el sacerdote impone sobre la cabeza del penitente y con las que da la absolución de los pecados. Las dos alianzas entrecruzadas hacen referencia al sacramento del Matrimonio. En el centro, como en el centro de la vida cristiana, el Sacramento de la Eucaristía un cáliz y encima una hostia. Arriba a la derecha una paloma, símbolo del Espíritu Santo que se recibe en la Confirmación. Debajo de éste, la mitra y el báculo (propios del Obispo) simbolizan el Sacramento del Orden Sacerdotal.

Y, por último, el símbolo que queda, tres pequeñas cruces, representan la Unción de los Enfermos. Actualmente el sacramento generalmente se administra con una unción en la frente, pero, sobre todo los menos jóvenes recordaréis, que antes se ungía al enfermo tres veces: en la frente, en las manos y en los pies.

Cómo llegar

Metro
  1. Herrera Oria – Línea 9 (está a unos 600 m)
  2. Mirasierra – Línea 9 (está a unos 650 m)
  3. Paco de Lucía – Línea 9 (a unos 600 m)
Autobús
  1. 133 (deja en la misma puerta de la parroquia)
Aparcamientos

Es un barrio residencial, pero en general se aparca bien en las calles adyacentes al templo (de momento sin necesidad de pago por aparcar)

Horarios de Culto

Todos los días del año hay Eucaristía a las 20:30 hrs. (para más horarios consultar en la web de la parroquia)

Fechas de Adoración corporativa de nuestro Capítulo

Desde el mes de septiembre del año 2016 la intención de nuestro Capítulo es celebrar mensualmente en esta parroquia un acto comunitario de adoración al Santísimo Sacramento. Hemos de agradecer desde aquí a su párroco, D. José Trujillo, y al resto de los sacerdotes de la parroquia, así como a los miembros del turno de adoradores de la Adoración Nocturna Española que en la misma se congregan y a los feligreses en general, la cálida acogida que han dispensado a esta iniciativa así como la generosa e imprescindible participación en la misma de sus sacerdotes.

Como norma general, el acto tendrá lugar el último martes de cada mes, en horario de 19,30 a 20,15 horas (aprox.), si bien esto podrá experimentar cambios cuando así lo exijan las necesidades de la parroquia u otras circunstancias. Todos los caballeros dispondrán de la información al respecto con la necesaria antelación, tanto por medio de los boletines del Capítulo como por medio de nuestra web.

Ritual y Liturgia del encuentro eucarístico mensual del Capítulo Hispanoamericano de Caballeros del Corpus Christi en Toledo

(NOTA: Las indicaciones del ritual pueden adaptarse a las características y medios de cada lugar de celebración, salvaguardando siempre las formas devocionales debidas al Santísimo Sacramento y la solemnidad del acto)

1.- Exposición del Santísimo Sacramento

El sacerdote saldrá precedido de dos caballeros del Capítulo, que al llegar enfrente del altar se colocarán uno a la izquierda y otro a la derecha del sacerdote y subirán con él al presbiterio, colocándose a izquierda y derecha del altar.

El sacerdote colocará la Sagrada Forma en la custodia, después recibirá el incensario del caballero más próximo al mismo, pondrá el incienso en el incensario, y de rodillas incensará al Santísimo, mientras el otro caballero y demás asistentes al acto permanecen también de rodillas y entonan el cántico “Cantemos al amor de los amores”.

2.- Cántico: Cantemos al amor de los amores (TODOS DE RODILLAS)

Cantemos al Amor de los Amores
cantemos al Señor,
Dios está aquí, ¡venid adoradores,
adoremos, a Cristo Redentor!
¡Gloria a Cristo Jesús,
cielos y tierra, bendecid al señor
honor y gloria a Ti, rey de la gloria
amor por siempre a Ti
Dios del Amor! (BIS)

Después de entonar el cántico el sacerdote se retira y los dos caballeros bajarán del presbiterio, se arrodillan ante el Santísimo e irán a los bancos.

A continuación, un caballero se acercará al presbiterio, se arrodillará en el reclinatorio ante el Santísimo y subirá hasta el ambón, desde dónde leerá la admonición y dirigirá el rezo de un misterio del Santo Rosario.

3.- Admonición

DIRECTOR: Acudimos a María. Contamos con Ella para que nos ayude a interceder e intimar más con Cristo, aceptando su estilo de vida.

4.- Oración: Rezo de un misterio del Rosario

TODOS: Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero,
Creador, Padre, y Redentor mío,
por ser Vos quien sois, Bondad infinita,
y porque os amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón haberos ofendido,
también me pesa porque podéis castigarme con
las penas del infierno.
Ayudado de Vuestra divina gracia,
propongo firmemente
nunca más pecar, confesarme
y cumplir la penitencia que me fuera impuesta, Amén.

DIRECTOR: Dios mío, ven en mi auxilio.

TODOS: Señor, date prisa en socorrerme.

DIRECTOR: Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo,

TODOS: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos, amén.

DIRECTOR: Rezamos a continuación el Quinto Misterio Luminoso. La Institución de la Eucaristía (Se puede elegir otro misterio si se desea, pero habitualmente se rezará éste)

DIRECTOR: Durante la cena Jesús tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio, diciendo: “Tomad, esto es mi cuerpo”. Después tomó un cáliz, dio gracias, se lo pasó a ellos y bebieron de él todos. Y les dijo: “Ésta es mi sangre, la sangre de la alianza, que será derramada por todos”

DIRECTOR/TODOS: Padre Nuestro + 10 Ave Marías, rezados en la forma habitual por los asistentes.

Al finalizar el último Ave María:

DIRECTOR: María, Madre de gracia, Madre de misericordia,

TODOS: defiéndenos de nuestros enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

DIRECTOR: Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.

TODOS: perdónanos Señor.

DIRECTOR: Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.

TODOS: escúchanos Señor.

DIRECTOR: Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.

TODOS: Ten misericordia de nosotros.

TODOS: Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, y lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

DIRECTOR: Recemos Un Padre Nuestro, Ave María, Gloria por las intenciones del Santo Padre.
Se rezan acompañados por todos en la forma habitual. Después del Gloria se reza la salve:

TODOS: Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. ¡Ea, pues!, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

TODOS: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén

Terminado el rezo del misterio del Santo Rosario elegido, el DIRECTOR baja del presbiterio, se arrodilla ante el Santísimo y vuelve a su banco.

Breve pausa.

A continuación, otro caballero se acercará desde su banco al presbiterio, se arrodillará ante el Santísimo y subirá hasta el ambón, desde donde presidirá el rezo de Vísperas.

5.- Vísperas

( De pie. + Se hace la señal de la cruz mientras se dice: )

PRESIDENTE: Dios mío, ven en mi auxilio.

TODOS: Señor date prisa en socorrerme. Gloria al Padre…………

HIMNO (De pie. Todos.)

Que la lengua humana
cante este misterio:
la preciosa sangre
y el precioso cuerpo.
Quien nació de Virgen
Rey del universo,
por salvar al mundo,
dio su sangre en precio.

Se entregó a nosotros,
se nos dio naciendo
de una casta Virgen;
y, acabado el tiempo,
tras haber sembrado
la palabra al pueblo,
coronó su obra
con prodigio excelso.

Fue en la última cena
– ágape fraterno -,
tras comer la Pascua
según mandamiento,
con sus propias manos
repartió su cuerpo,
lo entregó a los Doce
para su alimento.

La Palabra es carne
y hace carne y cuerpo
con palabra suya
lo que fue pan nuestro.
Hace sangre el vino,
y, aunque no entendemos,
basta fe, si existe
corazón sincero.

Adorad postrados
este Sacramento.
Cesa el viejo rito;
se establece el nuevo.
Dudan los sentidos
y el entendimiento:
que la fe lo supla
con asentimiento.

Himnos de alabanza,
bendición y obsequio;
por igual la gloria
y el poder y el reino
al eterno Padre
con el Hijo eterno
y el divino Espíritu
que procede de ellos. Amén.

SALMODIA: (Sentados)

PRESIDENTE (Antífona 1): El Señor, piadoso y clemente, da alimento a sus fieles en recuerdo de sus maravillas.

SALMO 110: Grandes son las obras del Señor

TODOS (A dos coros):

Doy gracias al Señor de todo corazón,
en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman.

Esplendor y belleza son su obra,
su generosidad dura por siempre;
ha hecho maravillas memorables,
el Señor es piadoso y clemente.

Él da alimento a sus fieles,
recordando siempre su alianza;
mostró a su pueblo la fuerza de su obrar,
dándoles la heredad de los gentiles.

Justicia y verdad son las obras de sus manos,
todos sus preceptos merecen confianza:
son estables para siempre jamás,
se han de cumplir con verdad y rectitud.

Envió la redención a su pueblo,
ratificó para siempre su alianza,
su nombre es sagrado y temible.

Primicia de la sabiduría es el temor del Señor,
tienen buen juicio los que lo practican;
la alabanza del Señor dura por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amén.

TODOS (Antífona 1): El Señor, piadoso y clemente, da alimento a sus fieles en recuerdo de sus maravillas.

(Breve pausa para reflexionar)

PRESIDENTE (Antífona 2): El Señor ha puesto paz en las fronteras de la Iglesia y nos sacia con flor de harina.

Salmo 147: Acción de gracias por la restauración de Jerusalén

TODOS (A dos coros)

Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;
ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.

Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza;

hace caer el hielo como migajas
y con el frío congela las aguas;
envía una orden, y se derriten;
sopla su aliento, y corren.

Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

TODOS (Antífona 2): El Señor ha puesto paz en las fronteras de la Iglesia y nos sacia con flor de harina.

(Breve pausa para reflexionar)

PRESIDENTE (Antífona 3): Os aseguro que no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre él que os da el verdadero pan del cielo. Aleluya.

Cántico : Apocalipsis 11, 17-18;12, 10b-12a: El juicio de Dios

TODOS: (A dos coros)

Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,
el que eres y el que eras,
porque has asumido el gran poder
y comenzaste a reinar.

Se encolerizaron las gentes,
llegó tu cólera,
y el tiempo de que sean juzgados los muertos,
y de dar el galardón a tus siervos, los profetas,
y a los santos y a los que temen tu nombre,
y a los pequeños y a los grandes,
y de arruinar a los que arruinaron la tierra.

Ahora se estableció la salud y el poderío,
y el reinado de nuestro Dios,
y la potestad de su Cristo;
porque fue precipitado
el acusador de nuestros hermanos,
el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.

Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero
y por la palabra del testimonio que dieron,
y no amaron tanto su vida que temieran la muerte.
Por esto, estad alegres, cielos,
y los que moráis en sus tiendas.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

TODOS (Antífona 3):  Os aseguro que no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre él que os da el verdadero pan del cielo. Aleluya.

(Breve pausa para reflexionar)

El caballero que ocupa el ambón (Presidente) se retirará un poco, permaneciendo en el presbiterio, y otro caballero (LECTOR), que accederá al presbiterio con las solemnidades ya dichas (arrodillarse en el reclinatorio ante El Santísimo), ocupara su lugar y desde el ambón proclamará UNA SOLÓ DE LAS SIGUIENTES LECTURAS:

LECTURA BREVE:

> OPCIÓN 1:

LECTOR: El cáliz de la bendición que bendecimos, ¿no es comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo? El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque comemos todos del mismo pan.

(Breve pausa para reflexionar)

> OPCIÓN 2:

LECTOR: ¡Ah!, y ¿qué haremos, preguntáis algunas veces, en la presencia de Dios Sacramentado?: Amarle, alabarle, agradecerle y pedirle. ¿Qué hace un pobre en la presencia de un rico? ¿Qué hace un enfermo delante del médico? ¿Qué hace un sediento en vista de una fuente cristalina?

(Breve pausa para reflexionar)

> OPCIÓN 3:

LECTOR: Quiere Él, para el bien de las criaturas, que su cuerpo, su alma y su divinidad se hallen en todos los rincones del mundo, a fin de que podamos hallarle cuantas veces lo deseemos, y así en Él hallemos toda suerte de dicha y felicidad.

 (Breve pausa para reflexionar)

OPCIÓN 4:

LECTOR: Siendo el pan una comida que nos sirve de alimento y se conserva guardándole, Jesucristo quiso quedarse en la tierra bajo las especies de pan, no solo para servir de alimento a las almas que lo reciben en la sagrada Comunión, sino también para ser conservado en el sagrario y hacerse presente a nosotros, manifestándonos por este eficacísimo medio el amor que nos tiene.

(Breve pausa para reflexionar)

El LECTOR vuelve a su banco con las solemnidades habituales (arrodillarse en el reclinatorio ante El Santísimo), y el PRESIDENTE ocupará de nuevo su lugar en el ambón.

RESPONSORIO BREVE

PRESIDENTE: Les dio pan del cielo. Aleluya, Aleluya.

TODOS: Les dio pan del cielo. Aleluya, Aleluya.

PRESIDENTE: El hombre comió pan de ángeles.

TODOS: Aleluya, Aleluya.

PRESIDENTE: Gloria al Padre, y al hijo, y al Espíritu Santo.

TODOS: Les dio pan del cielo. Aleluya, Aleluya.

CÁNTICO EVANGÉLICO (De pie):

PRESIDENTE: Antífona, todos.

TODOS: ¡Qué bueno es Señor tu espíritu! Para demostrar a tus hijos tu ternura, les has dado un pan delicioso bajado del cielo, que colma de bienes a los hambrientos, y deja vacíos a los ricos hastiados.

PRESIDENTE: Magníficat, todos.

TODOS: (De pie. Todos. + Se hace la señal de la cruz mientras se comienza a recitar)

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí,
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia para siempre.

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu…

Ant. (Todos): ¡Qué bueno es Señor tu espíritu! Para demostrar a tus hijos tu ternura, les has dado un pan delicioso bajado del cielo, que colma de bienes a los hambrientos, y deja vacíos a los ricos hastiados.

Breve pausa.

PRECES

PRESIDENTE: Cristo nos invita a todos a su cena, en la cual entrega su cuerpo y su sangre para la vida del mundo. Digámosle: Cristo, pan celestial, danos la vida eterna.

TODOS: Cristo, pan celestial, danos la vida eterna.

PRESIDENTE: Cristo, Hijo de Dios vivo, que mandaste celebrar la cena eucarística en memoria tuya, enriquece a tu iglesia con la constante celebración de tus misterios.

TODOS: Cristo, pan celestial, danos la vida eterna.

PRESIDENTE: Cristo, sacerdote único del Altísimo, que encomendaste a los sacerdotes ofrecer tu sacramento, haz que su vida sea fiel reflejo de lo que celebran sacramentalmente.

TODOS: Cristo, pan celestial, danos la vida eterna.

PRESIDENTE: Cristo, maná del cielo, que haces que formemos un solo cuerpo todos los que comemos del mismo pan, refuerza la paz y la armonía de todos los que creemos en ti.

TODOS: Cristo, pan celestial, danos la vida eterna.

PRESIDENTE: Cristo, médico celestial, que por medio de tu pan nos das un remedio de inmortalidad y una prenda de resurrección, devuelve la salud a los enfermos y la esperanza viva a los pecadores.

TODOS: Cristo, pan celestial, danos la vida eterna.

PRESIDENTE: Cristo, rey venidero, que mandaste celebrar tus misterios para proclamar tu muerte hasta que vuelvas, haz que participen de tu resurrección todos los que han muerto en ti.

TODOS: Cristo, pan celestial, danos la vida eterna.

Breve pausa.

PRESIDENTE: Pidamos al Padre, como Cristo nos enseñó, nuestro pan de cada día.

TODOS: Padre nuestro, que estás en el cielo, ………

PRESIDENTE: Oh Dios, que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu pasión; te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu cuerpo y de tu sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención. Tú, que vives y reinas con el Padre, en la unidad del Espíritu Santo, y eres Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

CONCLUSIÓN

PRESIDENTE: El Señor nos bendiga, nos libre de todo mal y nos lleve a la vida eterna.

TODOS: Amén.

El PRESIDENTE se dirigirá a todos e indicará que a continuación, durante 15/20 minutos se estará en silencio en adoración personal. Dicho esto, bajará del presbiterio y, con las solemnidades correspondientes, volverá a su banco.

TIEMPO DE ADORACIÓN PERSONAL EN COMPLETO SILENCIO

6.- Bendición y reserva

Terminado el tiempo dedicado a la adoración, el sacerdote saldrá acompañado de cuatro caballeros del Capítulo que se encargarán respectivamente del incensario, del paño de hombros, de las campanillas y de rendir el guion (bandera) del Capítulo cuando se haga la bendición del Santísimo. Subirán al presbiterio con la debida solemnidad y el sacerdote y TODOS los asistentes al acto, postrados de rodillas, cantan este cántico eucarístico:

TODOS:

Tantum ergo sacraméntum
venerémur cernui,
et antíquum documéntum
novo cedat rítui;
praestet fides supleméntum
sensuum deféctui.

Genitóri Genitóque
laus et iubilátio,
salus, honor, virtus quoque
sit et benedictio;
procedénti ab utróque
comparsit laudátio. Amen.

Tras el cántico, se le presentará el incensario al Sacerdote quien le pondrá el incienso e incensará al Santísimo, mientras todos permanecen también de rodillas. A continuación, el caballero encargado del paño de hombros se lo pondrá al sacerdote mientras que el caballero encargado del incensario, que lo habrá tomado del sacerdote, se colocará delante del altar. En el momento en que el sacerdote levante la custodia para la bendición, el caballero encargado del incensario, de rodillas, inciensa al Santísimo con tres movimientos dobles, mientras de rodillas se toca la campanilla y se rinde el guion.

Acabada la bendición con el Santísimo, se le retira el paño de hombros al sacerdote y se ponen el incensario y el guion en su respectivo lugar.

A continuación, el sacerdote (S) entona y todos (T) responden:

S./ Panem del coelo praestitístieis
T./ Omne delectamentum in e habéntem
S./ Oremus: Deus, qui nobis sub Sacraménto mirábili passiónis tuæ memórariam reliquísti, tíbue quæsumus. ita nos Córporis et Sanguinis tui sacra mystéria venerári, ut redemptiónis tuæ fructum in nobis iúgiter sentiámus. Qui vivis et regnas in sæcula sæculorum.
T/. Amen

o bien:

S/. Les diste Pan del cielo
T/. Que contiene en si todo deleite
S/. Oremos: Oh Dios, que en este admirable Sacramento nos dejaste el memorial de tu pasión; te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente el futuro de tu redención. Que vives y reinas Por los siglos de los siglos.
T/. Amén.

A continuación, el Sacerdote, estando TODOS de rodillas, proclama las alabanzas de desagravio y TODOS repiten a continuación de cada invocación:

ALABANZAS DE DESAGRAVIO

Bendito sea Dios.
Bendito sea su santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, Dios y Hombre verdadero.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el nombre de María Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.

LA RESERVA:  Concluida la bendición, el sacerdote reserva el Sacramento en el tabernáculo.

Durante la reserva se entona el siguiente cántico:

Alabado sea el Santísimo
Sacramento del altar,
y la Virgen concebida
sin pecado original (bis)

DESPEDIDA: Termina este acto cantando TODOS La Salve a la Santísima Virgen María:

7.- Canto: Salve Regina

Salve Regina, Mater misericordiae,
vita dulcedo, et spes nostra salve.
Ad te clamamus, exsules filii Hevae,
ad te suspiramus, gementes et flentes,
in hac lacrimarum valle.
Eia, ergo, advocata nostra,
illos tuos, misericordes oculos, ad nos converte;
et Iesum, benedictum fructum ventris tui,
nobis, post hoc exilium ostende.
O clemens, O pia, O dulcis Virgo Maria.

FIN DEL ACTO.