El Capítulo

“…tiene su domicilio social en la Santa Iglesia Catedral Metropolitana y Primada de Toledo.” (Regla 6ª de los estatutos)

La Catedral se levanta sobre el lugar que ocupara la iglesia consagrada en 578, en tiempos de Recaredo, y más tarde la mezquita musulmana, la cual en la Reconquista y en tiempos de la reina Constanza y del obispo Bernardo fue convenida en iglesia. Como ésta quedara desfasada en la evolución de la ciudad, se empezó a construir la actual catedral, siendo arzobispo Don Rodrigo Ximénez de Rada. El rey San Fernando y el arzobispo ponen la primera piedra en 1226, cuando, según parece, ya las obras están iniciadas. Siendo arzobispo de Toledo Don Pedro González de Mendoza y reinando los Católicos Reyes, Don Fernando y Doña Isabel, se cierran las últimas bóvedas. En 1238 se terminan las quince capillas de la girola y se distribuyen sus capellanías, y en 1247 se completa la capilla de San Eugenio. Hacia 1300 se termina la nave del crucero, pues de este tiempo parecen ser el hastial del Norte y la Puerta del Reloj. Sin embargo, las obras continuarán durante los dos siguientes siglos.

Por otra parte, la Catedral Primada es una de las más amplias de la cristiandad. En estilo gótico sólo la catedral de Sevilla y la de Milán alcanzan a superarla.

La planta de la catedral es de cinco naves y de salón, llamada así porque el crucero no se acusa al exterior, como ocurre en Nótre Dame de Paris y en Bourges.

Mide 120 metros de larga por 59 de ancha y resulta una catedral hecha para ser vista por dentro, que es donde se aprecia su grandiosidad, ya que desde fuera las estrechas calles toledanas impiden lograr una perspectiva suficientemente amplia del conjunto. Ochenta y ocho columnas sostienen la techumbre, que en la nave central alcanza 44,50 metros de altura. La Catedral recibe su iluminación a través de más de 750 vidrieras de los siglos XIV, XV y XVI, en las que trabajaron los mejores artistas de aquellos tiempos.

Dada su singularidad arquitectónica y artística en el conjunto de la Catedral, es imposible pasar aquí por alto el Transparente. Es el último complemento de la capilla mayor, situado a espaldas de ésta. Consta de una serie de elementos arquitectónicos y esculturas marmóreas agitados por un convulso movimiento y que recibe la luz por un orificio abierto en la techumbre del templo. Está claro que el estilo rococó que caracteriza a todos los elementos que componen el famoso Transparente difiere a ojos vistas del gótico predominante en la Catedral. Esto ha motivado una gran polémica sobre si es o no es incompatible con el templo en que está ensamblado. Conviene no olvidar que el templo es edificio vivo, en el que cada generación ha experimentado el deseo incontenible de dejar la huella artística de su paso.

Fue su autor el arquitecto, escultor y pintor Narciso Tomé, ayudado por sus cuatro hijos.