El 18 de noviembre de 1958…

…el entonces Cardenal Arzobispo de Toledo, Dr. D. Enrique Plá y Deniel, aprobó los Estatutos de nuestro Capítulo y por decreto del mismo día resolvió, “habiendo obtenido la conformidad del Excmo. Cabildo Catedral”, erigirlo canónicamente.

Nuestro recordado compañero de Hábito, el fallecido escritor D. Ramón Llidó, reflejó de la forma que transcribimos seguidamente el movimiento inicial del cual surgió nuestra institución.

ANTECEDENTES

“En el año del Señor de mil novecientos cincuenta y ocho surgió la idea, por primera vez, de dar vida a un Capítulo de Caballeros que reuniese a nacionales de países hispanoamericanos y a españoles, vinculados de una manera directa o indirecta hacia quehaceres en pro de la Hispanidad. Se trataba de vincularles con un nexo espiritual a la Imperial Ciudad de Toledo, síntesis y suma de las Españas.

Reuniéronse en el despacho del Gobernador Civil de Toledo, el Director del Instituto de Cultura Hispánica, Sr. Piñar López; el Jefe del departamento de la misma institución, Sr. Cano de Santayana; el Gobernador Civil, Sr. Elviro Meseguer; el Presidente de la Diputación de la provincia, Sr. Rodríguez Bolonio, y el Alcalde de la ciudad, Sr. Conde. Fué opinión de los reunidos que Toledo debiera incorporarse de un modo activo a la labor de quienes propugnan como ideal el robustecimiento de la Comunidad Hispánica. Después de analizar varias posibilidades, se estimó lo más adecuado y en consonancia con el acervo histórico de Toledo, constituir un Capítulo que armase Caballeros y siendo en el presente la procesión del Corpus Christi la manifestación más sobresaliente de la sede metropolitano primada, por su dimensión ecuménica, que ésta podría y debería servir como sobrenatural aglutinante del Capítulo. El Corpus toledano sería imán y estímulo para los hombres de todas las latitudes del mundo hispánico, que se consagraría a este fin, mediante la investidura de Caballeros Armados.

Apenas esbozada la idea, se sometió a la consideración del Sr. Decano del Cuerpo Diplomático hispanoamericano, Embajador de El Salvador, Sr. Escobar, por si estimaba que, como núcleo central del Capítulo, debieran figurar los Jefes de Misión de aquellos países acreditados en España. Mostró su conformidad y seguidamente se convocó una reunión de un reducido número de personas, de las cuales la mayor parte eran Embajadores hispanoamericanos. De ella surgieron las líneas generales de lo que el Capítulo habría de ser.

Se acordó redactar un Estatuto, para someterlo a la consideración del Emmo. y Rvdmo. Sr. cardenal Primado.”

Aprobados los estatutos el 18 de noviembre de 1958, transcurriría un año hasta que, el 15 de diciembre de 1959, se cumpliera la constitución formal del Capítulo en una audiencia especial con el Maestre, Cardenal de Toledo. Luego, pasarían otros seis meses para que, reunidos en la Sala Capitular de la Catedral el 14 de junio de 1960, se efectuara la ceremonia de imposición de Hábitos e Investidura a la primera promoción de Caballeros Armados.