Los Milagros Eucarísticos

Fuente Alfonso Muñoz-Cobo y Bengoa

Los milagros Eucarísticos son un fenómeno cuya comprensión muchas veces está al margen de los fenómenos explicables mediante la ciencia convencional; … ¿no será que hace falta la Fe para poder entenderlos?. Igual que sucede con muchos otros fenómenos o circunstancias que rodean las manifestaciones de fe y piedad, aunque la Iglesia no entre en el fondo de la cuestión respecto de su autenticidad o no y se limite a constatar hechos extraordinarios, reconoce que existen algunos casos más estudiados, más profundamente analizados y con más interés por lo que representan para la devoción de los fieles.

Existen muchos fenómenos conocidos como milagros o fenómenos de índole inexplicable que tienen raíces en el campo de la fe. Sin embargo, hay algunos especialmente interesantes para quienes nos consideramos personas con marcada devoción hacia la Eucaristía, y desde luego la Eucaristía se encuentra en la raíz más profunda de nuestro Capítulo: son los milagros Eucarísticos.

Son milagros que autentifican la presencia de Cristo en el Sacramento, que a veces se transforma en verdadera carne, otras veces sangra y en numerosos casos se caracteriza por conservarse en perfectas condiciones mucho más tiempo del que permanecería esa materia si no hubiera sido consagrada.

El párrafo anterior puede dejarnos algo confundidos, si no fuera porque viene en nuestro auxilio la Fe en la presencia real de Jesús en el Santísimo Sacramento; sorprende además de manera notable que en muchas ocasiones estas mani-festaciones extraordinarias de presencia real de Cristo, se deben precisamente a dudas de fe de algún sacerdote en el momento de la consagración durante el sacrificio eucarístico.

En otros casos esos fenómenos extraordinarios se manifiestan ante los actos sacrílegos que los enemigos de Cristo han realizado para vejar el Sacramento. Tales son los casos de robos o atrocidades con las formas consagradas, que se han encontrado después en circunstancias extraordinarias, y que no han hecho otra cosa que testimoniar claramente la fe de los malvados en la presencia real de Cristo en la Eucaristía. ¿Para qué realizar actos tan viles si no existe esa presencia real?.

En realidad hay más casos de los que pensamos; sin ir más lejos en la propia Comunidad de Madrid, en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, se venera un milagro eucarístico que data del siglo XVI, ya que desde 1597 se conserva allí una sagrada forma pisoteada por unos herejes y que se venera públicamente dos días al año. Es posible que hablemos de este caso en un futuro.

Estos fenómenos más allá de lo natural, por cuanto no tienen una explicación científica sencilla o inmediata, aparecen en recientes publicaciones de la Iglesia, o son recomendadas en su lectura por la institución eclesial, tal es el caso del “Pequeño Catecismo Eucarístico”, difundido además en recientes Congresos Eucarísticos.

Algunos de los más notables, conocidos a lo largo de la historia, rubrican de forma tan real como inexplicable, lo que la Fe confirma. Tales son los casos de Lanciano y Bolsena, que describiremos en su apartado correspondiente, o los de Santarem (Portugal, c.1300), Faverney (Francia, 1608) o Siena (Italia, 1730).